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Giorgia Meloni, toques neofascistas en la primera mujer primera ministra de ItaliaImagen: https://fotografias.lasexta.com/

LA SEGUNDA OLA

Y el mar se retiró y la gente se fue, la del sentido común democrático, la del centro, la que pensaba que todo estaba bien con derrotar al comunismo y con mantener los derechos que consagran las constituciones liberales, pero de pronto se sintieron terriblemente desprotegidos. Y se alzó la segunda ola, la ultraderechista, a ver como la paramos, porque a mediados del siglo pasado, otra muy parecida nos costó 60 millones de vidas humanas. Nada menos.

Publicado: 2022-10-03


La Segunda Ola 

El año 2020 se creó en Alemania la Red de Libertad Científica, que hoy cuenta con más de quinientos miembros entre profesores y estudiantes de todo el país. La red se creó con una causa muy específica: combatir la cultura de la cancelación, muy en boga en Estados Unidos, Canadá y otros países, en los cuales una minoría ruidosa de estudiantes activistas, como los denomina Sandra Kostner, socióloga de la Universidad de Sttutgard, y autora de la iniciativa, busca imponer su propia idea de la corrección política, incluso en las currículas de los cursos.

Un hecho detonó la iniciativa de Kostner. En 2019, a Dieter Schönecker se le ocurrió la mala idea de organizar un foro dedicado a la libertad de expresión. Dado el tema, entre los invitados figuraba un representante de la AfD, la ultraderecha alemana, y un exmilitante de la socialdemocracia, conocido por sus ideas contrarias al islam. Al final, todo concluyó con más de 100 policías brindándole seguridad al evento en medio de las protestas de los activistas y con Schönecker desautorizado por su propia facultad.

Para Kostner, “su grupo de académicos se revela contra esa idea que tratan de imponer los activistas según la cual el espacio universitario ha de ser un “safe-space” de los colectivos que determinan los promotores de la “cultura de la cancelación”. A saber, “los grupos a los que no se ven como privilegiados porque se ven afectados por racismo o sexismo o porque son de una minoría religiosa o cultural”.1

Italia, 2022, Giorgia Meloni, militante ultraderechista, opositora al enfoque de género y las reivindicaciones LGTBI, acaba de resultar electa Primera Ministra italiana. Y es la primera mujer en serlo, pero reivindica ideas contrarias a las del feminismo que todos conocemos. En el otro hemisferio, es decir aquí, las cinco alcaldesas mujeres, permítaseme la redundancia, electas en Lima, militan en Renovación Popular, del también electo alcalde y ultraconservador Rafael López Aliaga, en lo que parece ser una imparable y regresiva ola de reacción política.

Los fenómenos globales no son monocausales, la semana pasada, el filósofo Ricardo Falla escribía sobre cómo una educación resultadista e instrumental, carente de contenidos humanísticos, ha favorecido el advenimiento de generaciones desesperadas por una adherencia ideológica que le otorgue sentido a sus vidas y que no encontraron en el hogar, ni en el sistema educativo. Pero también es cierto que a la democracia se le pasó la mano, y cuando a la democracia se le pasa la mano es que ha dejado de serlo.

No solo Johnny Depp tuvo que callar por años cuando fue designado arbitrariamente como símbolo del abuso patriarcal contra la mujer, por la difamación de Amber Heard, también debió callarse la boca cualquiera, amigo o amiga, expareja o exesposa del actor, quien fuere que se atreviese a contradecir la ola anterior a la que hoy parece ahogarnos. 

Y fue así como, de la Asamblea Nacional reunida en la Sala del Juego de la Pelota para darle una Constitución a Francia, tras derrotar al comunismo en 1989, nos pasamos a Robertpierre y la guillotina, saltándonos con una garrocha virtual, la de las redes sociales, los derechos fundamentales que nos costó siglos erigir en defensa de todos nosotros. En el camino, le cambiaron de nombres a varias facultades europeas, cancelaron a Hegel y Kant -Aristóteles se les pasó por ignorancia supina- y nos tiramos abajo unos cuantos cientos de estatuas recurriendo así al patético recurso de la amnesia para superar el pasado doloroso. Las trepanaciones Paracas a la vuelta de la esquina.

Y el mar se retiró y la gente se fue, la del sentido común democrático, la del centro, que pensaba que todo estaba bien con derrotar al comunismo y con mantener los derechos que consagran las constituciones liberales, pero de pronto se sintieron terriblemente desprotegidos. Y se alzó la segunda ola, la ultraderechista, a ver como la paramos, porque a mediados del siglo pasado, otra muy parecida nos costó 60 millones de vidas humanas. Nada menos.

1 https://www.niusdiario.es/internacional/europa/academicos-alemanes-organizan-contra-cultura-cancelacion-universidades_18_3090420407.html 

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Daniel Parodi Revoredo 




Escrito por

Daniel Parodi Revoredo

Máster en Humanidades por la Universidad Carlos III de Madrid, Historiador Docente en U. de Lima y PUCP. Opiniones personales


Publicado en

Palabras Esdrújulas

PALABRAS ESDRUJULAS por Daniel Parodi