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¿Presidenta?

Ecos de una campaña surreal

Dialogando con una columna de René Gastelumendi 

"En 2021 las mayorías podrían apoyar a FREPAP como apoyaron a Alberto Fujimori en 1990, es decir, como la expresión de un voto de rechazo a la clase política en su conjunto"

Daniel Parodi Revoredo

Publicado: 2020-08-07


En su sugerente columna semanal, el periodista René Gastelumendi plantea una particular distopía para el Perú del Bicentenario. En ella, la congresista frepapista María Teresa Céspedes alcanza la Presidencia del Perú con el apoyo del Frente Amplio. A poco de iniciar su gobierno, la lideresa del Partido-religión da un giro conservador e instaura un régimen autoritario de acuerdo con los dogmas de la Iglesia del Nuevo Pacto Universal. 

Es así como inicia una implacable ola represiva en contra de las banderas más vanguardistas de la izquierda doctrinaria como la igualdad de género, los derechos LGTBI y el matrimonio igualitario. En poco tiempo, el Perú deviene en una teocracia con poco que envidiarle al régimen chiíta que instaurase el Ayatolá Jomeini en 1979, precisamente con el apoyo inicial e iluso de republicanos y marxistas. A Costa Rica y Uruguay fueron a parar los sueños de igualdad de quienes más los enarbolaron, al igual que sus valijas.

En concordancia con Gastelumendi, hace unos días expresé en redes que en 2021 las mayorías podían apoyar a FREPAP como apoyaron a Alberto Fujimori en 1990, es decir, como la expresión de un voto de rechazo a la clase política en su conjunto que es lo que nuestro sistema de partidos viene labrando luego de mostrarse al país a través de dos Congresos absolutamente incapaces de alcanzar mínimos consensos para la gobernabilidad. Hace 30 años hablábamos del terrorismo y la hiperinflación, hoy del Covid19, de la precariedad del Estado y de la corrupción.

En este cubilete donde no existen partidos políticos con caudales electorales predecibles, donde cada vez que se lanzan los dados el resultado es diferente, no sería para nada descabellado un voto de castigo en favor de FREPAP el 2021, a los que se suman las simpatías que ya aglutina este movimiento; y que nos obliga a conocerlo y pensarlo mejor, tanto como a conocer y pensar mejor al país una vez más. No vaya a ser que nos pase lo que a los publicistas de Mario Vargas Llosa en 1990, que lo entendieron todo, menos al Perú, nuestro Nobel no perdió sólo por decir que aplicaría el shock económico, pensar que hay quien todavía se lo cree.

Imagino y comparto la mayoría de argumentos en contra de FREPAP, dentro de la oferta electoral peruana, me parece una bancada sensata, que vota por principios, eso, per se, la hace mejor que las de AP, APP, UPP, Podemos y FP, pero ¿dónde están sus cuadros para gobernar al país? Del otro lado de la vereda, si FREPAP es descabellado ¿quién no lo es? Salvador del Solar ha hablado de un frente de centro y lo hemos escuchado como quien oye llover, todos admirados de su desprendimiento, y nada más. Ya he dicho alguna vez que el Partido Morado, como lo veo, es la única organización política que funciona como tal en la política peruana, cuyas bases son orgánicas y forman cuadros para el ejercicio de la función pública, ¿será?

Cuando nos quejamos de lo que elegimos, recordemos lo que dejamos de elegir, para ver si realmente nos perdimos de mucho

FREPAP 2021, FREPAP descabellado, clase política descabellada, país descabellado. Cuando nos quejamos de lo que elegimos, recordemos lo que dejamos de elegir, para ver si realmente nos perdimos de mucho. Cada vez me creo menos eso de que el Perú es el país de las oportunidades perdidas. Hasta que salga, si sale, una nueva y disruptiva generación, al Perú le quedan muy pocas, ¿tendremos alguna en abril?


Escrito por

Daniel Parodi Revoredo

Máster en Humanidades por la Universidad Carlos III de Madrid, Historiador Docente en U. de Lima y PUCP. Opiniones personales


Publicado en

Palabras Esdrújulas

PALABRAS ESDRUJULAS por Daniel Parodi