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Presidente Martín vizcarra y primer ministro salvador del solar lideran proyecto de reforma política

Pasito a paso, la República peruana

El Perú quiere la reforma porque está harto de su política, en particular de su Congreso

Publicado: 2019-05-23


Hace un par de meses me entrevistaron sobre un tema particular: la república peruana había batido su récord de democracia ininterrumpida. Este lo ostentaba la república aristocrática, desde Nicolás de Piérola en 1895, hasta el golpe de Oscar R. Benavides contra Guillermo Billinghurst en 1914, con poco mas de 18 años, específicamente 6723 días. Hasta que finalmente, el domingo 21 de abril del presente año, sumamos 6724 días, y el 22 de noviembre próximo cumpliremos nada menos que 19 años de democracia, sin golpes o autogolpes de Estado.

Este dato no da para la alegría, sino para el análisis. 19 años es una cifra ridícula para una república que en 2021 celebrará su Bicentenario. 19 años lo único que nos muestran es que el siglo XX fue políticamente inestable y que al orden constitucional lo quebraron sistemáticamente Augusto Leguía, Luis Sánchez Cerro, una vez más Oscar Benavides, Manuel Odría, Juan Velasco, Francisco Morales Bermúdez y, finalmente, Alberto Fujimori, quien inaugura nuestro siglo XXI con hartos autoritarismo, populismo y corrupción.

Nadie sensato puede anticipar lo que sucederá en el país de los destapes diarios, los escándalos y las denuncias que van y vienen entre los poderes del Estado. Pero quizá algo esté cambiando y es posible que un tibio proyecto institucionalista se esté abriendo paso, a pesar de los obstáculos.

No me suena a casualidad, por eso, que Nadine Heredia, el personaje políticamente más poderoso del Perú durante el gobierno de su esposo Ollanta Humala, no haya podido evitar la extradición de Martin Belaúnde Lossio en mayo de 2015, que el ex Presidente Pedro Pablo Kuczynski no haya podido permanecer en el cargo luego de presuntamente comprar votos para evitar su vacancia, que la obstruccionista y mayoritaria bancada fujimorista en el Congreso, con el constante apoyo de la aprista, no haya podido evitar ni el referéndum, ni la creación -en ciernes- de la Junta Nacional de Justicia, ni, mucho menos, la prisión preventiva dictada en contra de su lideresa.

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A ese nivel, es notable la actuación de la sociedad civil en las coyunturas más dramáticas de este proceso, como cuando el ex Fiscal de la Nación José Chavarri pretendió destituir a los fiscales anticorrupción Rafael Vela y José Domingo Pérez de sus cargos, o en el citado referéndum en el que, por amplia mayoría, aprobó los proyectos de reformas política y judicial del gobierno. Por eso pienso que la reforma política, que hoy se encuentra en el ojo de la tormenta por los impases entre los poderes ejecutivo y legislativo, saldrá finalmente adelante. No lo hará exactamente como la ha propuesto el Primer Ministro Salvador del Solar al Congreso, es posible también que no se aprueben todas las propuestas; pero los recientes acontecimientos me llevan a pensar que, con griteríos, regañadientes y algunas excepciones, tendremos reforma política.

Apuntalo esta conclusión con las dos siguientes consideraciones. Independientemente de lo que digan las encuestas, o de la insuficiente difusión de las reformas -resultó más sencillo divulgar 4 reformas a votar en referéndum que explicarle un paquete de 12 a la ciudadanía – el Perú quiere esas reformas. La deducción es de Perogrullo: los peruanos están hartos de su política, en particular de su Congreso, y no solo de éste, sino también de los anteriores, con las honrosas excepciones que nunca faltan.

La otra cuestión que explica mi optimismo tiene que ver con lo que he señalado más arriba: el Perú, pasito a paso, ha avanzado en su proceso de institucionalización democrática los últimos 19 años. Es verdad, hoy tenemos un parlamento casi patético y no contamos con partidos políticos; al contrario, nuestro récord democrático viste los ropajes del caos y la corrupción. Y es por eso mismo que creo que la reforma política saldrá adelante, y será potenciada en el periodo 2021-2026, porque, con marchas y contramarchas, los últimos años hemos avanzado en ese sentido.

Entonces la reforma política que quiere sacar adelante el gobierno es el resultado y la consecuencia del proceso de transición iniciado por el presidente Valentín Paniagua. Casi 20 años de pruebas, de acierto-error, nos han llevado a visualizar con claridad las reformas que nos hacen falta.

El 2021, el día del Bicentenario, iniciaremos una nueva etapa de consolidación democrática e institucional cuyas bases serán partidos más modernos y una mejor clase política. Pero será pasito a paso. Paciencia, perseverancia y movilización son las claves por las que deben apostar el gobierno y la sociedad civil en los meses que vienen.


Escrito por

Daniel Parodi Revoredo

Máster en Humanidades por la Universidad Carlos III de Madrid, Historiador Docente en U. de Lima y PUCP. Opiniones personales


Publicado en

Palabras Esdrújulas

PALABRAS ESDRUJULAS por Daniel Parodi