#ElPerúQueQueremos

Alcalde electo por lima jorge muñoz: fuente larepublica.pe 

¿Ha vuelto la política?

Lo que nos dejan las elecciones regionales y municipales

Publicado: 2018-10-07

En una nota anterior reconocí que estaba cayendo en cierto maniqueísmo al señalar que la política peruana se había dividido entre dos bandos bien definidos: uno republicano, institucional, más cercano a las prácticas democráticas y las virtudes ciudadanas; y otro autoritario y clientelar, muy probablemente vinculado con la corrupción. Es verdad que esta última atraviesa al Estado, por eso esta afirmación señala tendencias y no totalidades.  

El notable triunfo de Acción Popular, en Lima, en los niveles metropolitano y distrital, nos habla, indirectamente, del camino que ha comenzado a trazar Martín Vizcarra con las 4 reformas constitucionales que propuso al Congreso el 28 de julio pasado, y que serán aprobadas o rechazadas vía Referéndum el próximo 9 de diciembre. Así pues, a grandes rasgos, podemos decir que el primer mandatario ha tomado las riendas del país y ha trazado el camino de la institucionalidad y de la lucha frontal contra la corrupción. Sin duda este será largo y sinuoso, sus obstáculos los constituyen sectores políticos adversos al cambio de rumbo, relacionados con intereses subalternos y contrarios al bien común.

En tal sentido, que Jorge Muñoz -candidato técnico, con experiencia en gestión municipal y representante de un partido político tradicional - súbitamente, alcance una clara victoria en Lima Metropolitana, contra Daniel Urresti -clientelista general en condición de retiro- nos indica que Lima no ha votado clasistamente. No ha servido el “yo soy como ustedes” de Urresti, ni ha importado que Muñoz sea un “blanquiñoso” Miraflorino, es decir, de lo más “pituco” en el imaginario popular. Esta vez no se trató de eso, se trató de elegir bien, de elegir al mejor, de elegir al más serio y, aunque postularon varios candidatos con alta calificación técnica, finalmente Lima escogió al postulante de Acción Popular.

Otro candidato de un partido político tradicional, Alberto Bengolea del PPC, ha quedado en cuarta posición con 5% de las preferencias. Tengámoslo en cuenta porque en estas líneas no puedo anunciar que ha vuelto la política, pero sí que han vuelto a asomar los partidos políticos. Es que Roma no se hizo en un día.

Pero una vez que salimos de Lima el escenario es otro; es el Perú políticamente feudal y fraccionado, clientelista e informal. Me remito a la malhadada ley de regionalización que promulgó Alejandro Toledo en 2002. Que no salten los fundamentalistas, soy partidario de la descentralización, pero otra cosa es la división del Perú en 24 reinos independientes, donde impera cualquier cosa menos la ley. ¿La razón? Debían existir partidos políticos de alcance nacional, con cuadros políticos con una aceptable formación en gestión pública en todas las regiones del país. Al casi desaparecer aquellos, el espacio, y los recursos, los administró el que más pudo, o el que más regaló en campaña; el rico, sin importar la fuente de su fortuna, el antiguo gamonal bajo la forma de un talador ilegal, minero informal o narco, con honrosas, y por cierto notables, excepciones.

Sin embargo, la lampa de Acción Popular se va a segunda vuelta en 3 o 4 de las regiones por lo que importa resaltar que ha sido suficiente una marca política conocida y un discurso más o menos coherente e institucional para que el partido de Fernando Belaúnde se haya colocado en posición de representar, en el desierto de la informalidad, el oasis de la gestión pública eficiente, a partir de cuadros técnicos adscritos a una organización política que es más que una red clientelar que se activa en tiempos de elecciones. Esta afirmación está en condicional, veremos el 2021, o el 2022 cuando hagamos el balance de la gestión de los veinte y pico alcaldes de AP en Lima y de los que pudiese obtener en algunas regiones del Perú. Lo que sí podemos afirmar es una parte del Perú, nuevamente y por fin, está buscando partidos políticos.

Los perdedores

Está claro que el escenario sigue dividido, que la institucionalización de nuestra política es aún un horizonte por lograr al compás del camino trazado por el Presidente Vizcarra. Sin embargo, el movimiento más representativo de esa antipolítica autoritaria y clientelar, Fuerza Popular, es el gran derrotado este 7 de octubre. No sé si llamarlo milagro o apocalipsis, pero el mismo partido que en 2016 se quedó a 30.000 votos -felizmente- de copar el Estado, y que de hecho copó de la peor manera el Congreso de la República, sencillamente ha desaparecido de la escena política nacional.

Da mucho para el análisis, queda claro que la fidelidad era por Fujimori padre, que ni los 10 años que se pasó Keiko Fujimori, entre 2006 y 2016 recorriendo el país con regalitos, ni la simpatía que desde junio de 2016 trocó por un hondo resentimiento expresado en un obstruccionismo primario dirigido contra el gobierno, han generado lealtades como las de papá Alberto, el dictador populista que regalaba títulos de propiedad, construía colegios y alimentaba a la gente en los comedores populares. Ya no hay fujimorismo, pero, así como hoy ha revivido Acción Popular, mañana podría hacerlo los "naranjas", porque público clientelar sí hay y a montones. En suma, dos maneras de ver el mundo, la vida, y la relación con la autoridad.

No voy a evadirme del APRA ¿qué pensarán sus líderes? hace diez años era Acción Popular la que aleteaba su desaparición y hoy los papeles se han invertido. Son años de años de malas noticias, de trampitas y de riñas, de pugnas, pisco y butifarra. Si el pueblo ha sentenciado con la liquidación histórica a Fuerza Popular debido a dos años de muy mala política, al APRA le queda un respiro únicamente debido a la religión civil que dejó Víctor Raúl Haya de la Torre. Pero está claro que mientras su dirigencia ilegal mantenga cautivo al partido del pueblo, más se acerca este al abismo definitivo y más se le niega la oportunidad a quienes mantienen los valores ciudadanos y democráticos del líder fundador para sanear su obra y relanzar su legado. Perú, tan cerca de los mitos y tan lejos de la razón ha dicho Hugo Neira. Añado, la razón y el mito están en pugna, y eso ya es un avance.



Escrito por

Daniel Parodi Revoredo

Máster en Humanidades por la Universidad Carlos III de Madrid, Historiador Docente en U. de Lima y PUCP. Opiniones personales


Publicado en

Palabras Esdrújulas

PALABRAS ESDRUJULAS por Daniel Parodi