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gobierno peruano se la juega mientras izquierda evade condenar dictadura venezolana Fuente: http://www.lavanguardia.com/internacional/20170421/421884116897/claves-represion-protestas-venezuela.html

Tantas veces Venezuela

El gobierno peruano se la juega en el frente externo, mientras la izquierda se niega a condenar a la dictadura bolivariana  

Publicado: 2018-02-17

En nuestro frente externo, es muy discutible afirmar que la des-invitación al dictador venezolano Nicolás Maduro a la Cumbre de las Américas, a realizarse en Lima en el mes de abril, es un acierto diplomático. Más bien, pareciera un mal cálculo político pues aquel podrá victimizarse e inclusive sabotear la Cumbre con la inasistencia de los países del Alba. Es por eso que exponerlo a la frialdad, cuando no al abucheo de los limeños, pudo resultar una medida más eficaz.  

Al contrario, en el frente interno, la singular decisión adoptada por la canciller Cayetana Aljovín, ha acercado inusitadamente al oficialismo con Fuerza Popular, al punto que su lidereza Keiko Fujimori la ha respaldado en un twitter; al apoyo a la medida gubernamental se ha sumado Luis Galarreta -el fujimorista presidente del Congreso- y el APRA que tiene en Jorge del Castillo a un líder que hace años encabeza una campaña por la restauración de la democracia llanera.

El efecto colateral de estas coincidencias es la temporal neutralización de las mociones de vacancia que con tanto entusiasmo promueven las dos izquierdas, las que buscan aliarse con el fujimorismo para estos efectos, sin importar si acaso no hay causales nuevas contra el presidente Kuczynski como para volver a llevar al país al escenario de una aguda crisis institucional. Paz política es, entonces, lo que ha ganado el gobierno con una medida que, sin embargo, podría generar más complicaciones que sosiego en las próximas semanas.

des-invitación a dictador maduro estabiliza temporalmente el frente interno
Fuente: https://www.gettyimages.com/detail/news-photo/peruvian-president-pedro-pablo-kuczynski-waves-to-the-news-photo/903086992

Una historia aparte es la que viene escribiendo la izquierda peruana -desde sus líderes políticos, hasta sus referentes periodísticos, pasando por sus más preclaros académicos- acerca de la dictadura venezolana, de cuyas violaciones a los derechos humanos hemos sido y somos testigos cotidianos. Estas no se limitan al asesinato a sangre fría del rebelde Oscar Pérez y sus más cercanos colaboradores después de haberse rendido; sino a la crisis humanitaria que vive su pueblo y que explica que, solo en el Perú, hayamos ya recibido a más de 100.000 venezolanos quienes están inaugurando un fascinante nuevo capítulo de la historia de las migraciones en el país, al que le anteceden la de los italianos, japoneses, chinos, españoles, africanos, entre otras.

Al respecto, la posición de la izquierda puede ser definida como vergonzante: la simpatía con la revolución bolivariana -porque se vistió de rojo- sigue vigente pero hoy resulta complicado expresarlo abiertamente. La sangre de Pérez que todos vimos por TV, tanto como la de cientos más asesinados y reducidos a la condición de “guarimberos callejeros” resultan prácticamente indefendibles. Es que siempre hay un adjetivo para denostar a quienes enfrentas dictaduras: en Cuba les llamaban “la escoria” o “los gusanos”, en Argentina “Las locas de la plaza mayo”, así las conocí yo cuando niño y solo me aclaré luego de que los militares dejaron la Casa Rosada y en el país rioplatense comenzaron a llamar madres y abuelas de mayo a aquellas mujeres que clamaron día a día por sus hijos y nietos desaparecidos.

Y es por esa misma posición vergonzante que no se defiende abiertamente el régimen de Nicolás Maduro, pero sí se cuestiona desde diversos flancos las políticas internacionales que se le oponen, como en el caso de su des-invitación a la Cumbre de las Américas. Entonces los voceros de la izquierda refieren cuestiones de protocolo diplomático, aparecen preocupados por el prestigio de Torre Tagle, subrayan aspectos cuestionables de la administración Trump, denuncian la discutible elección de Juan Orlando Hernández en Honduras y hasta las buenas relaciones del Perú con el régimen chino. De esta manera, buscan desviar la atención de la opinión pública centrada en la barbaridad humanitaria que sufren día a día nuestros vecinos venezolanos.

Ciertamente no me gusta nada Donald Trump, lo encuentro peligroso para la humanidad, pero es un presidente cuya democrática elección está fuera de toda duda y que, esperamos, será relevado en enero de 2021, por su propio pueblo. Luego, es cierto que en Honduras se está iniciando una dictadura de derecha, similar a la nicaragüense, dicho sea de paso, porque a Daniel Ortega de socialista solo le quedan algunos giros discursivos. Tampoco dudo del socialismo cubano y no dejo de preguntarme hasta qué punto una revolución de hace casi 60 años sigue justificando la totalitaria represión de cualquier atisbo de oposición política en la isla caribeña.

puede ser impresentable pero no es un dictador
Fuente: https://edition.cnn.com/2018/01/12/politics/donald-trump-tweet-daca-rejection/index.html

Sin embargo, hoy por hoy, la crisis humanitaria y la sistemática violación de los derechos humanos son todas venezolanas. Por ello, no encuentro razón para no poder centrarnos en el caso de Venezuela y adoptar una firma posición ante un régimen dictatorial que luego de cerrar arbitrariamente un congreso opositor, convocó a una asamblea constituyente absolutamente sumisa para adecuar a su medida la Carta Magna y convocar, como ya lo hizo, a elecciones anticipadas, sin participación opositora, para así perpetuarse en el poder. En el fondo, las referencias a otros líderes cuestionables, u otras realidades complejas, lo que sacan a la luz son las esperanzas que la izquierda peruana sigue cifrando en la dictadura venezolana, cuando no en la recuperación del precio del petróleo en los mercados mundiales para que, de este modo, el hiper-asistencialismo clientelar chavista pueda viabilizarse de nuevo.

Manuel Dammert, en una de las coyunturas más tristemente represivas de la historia latinoamericana contemporánea, señaló que Venezuela vivía una epopeya democrática. Más allá de mi repulsa a esta afirmación, la encuentro sincera: a diferencia del resto de su entorno ideológico, Dammert le dijo al país lo que piensan sobre la revolución bolivariana él y el resto de la izquierda aglutinada alrededor del cura Arana, de Verónica Mendoza y de Gregorio Santos. Lo que evidencian las palabras de Dammert es que nuestra izquierda no cree en la democracia liberal, ni mucho menos en el republicanismo político. Confundidos por la crisis del marxismo finisecular, hoy apuntan a lo que fuere que se oponga al modelo neoliberal imperante.

No es punible no ser democrático; es completamente válido. Pero es justo que la población conozca cabalmente la posición ideológica de sus políticos. Por eso, más que hablar de Trump, Honduras o la Cochinchina, bien haría nuestra izquierda en decirle al país por qué todavía defiende la revolución bolivariana, con todo lo que de sufrimiento le ha traído a su país. Mientras tanto, el gobierno ha ganado un intervalo de paz interna y quien sabe el inicio de un cambio en la diplomacia regional a base de un consenso democrático que deberá oponerse por igual a dictaduras de izquierda o derecha. Pero para PPK y Meche Araoz no hay pausa, no pueden dejar de hilar fino día a día, este es el sino de su gestión desde que las fuerzas congresales se ordenasen como se ordenaron debido a como votamos en abril de 2016.

Manuel Dammert sinceró posición de la izquierda 
Fuente: http://www2.congreso.gob.pe/Sicr/Prensa/heraldo.nsf/CNtitulares2/C98F80119F0FD44205257F2B006B843E/?OpenDocument

La realidad -acaso una nueva correlación de fuerzas en América Latina- se está gestando en el día a día. Por lo pronto, la izquierda debe decirnos, sin medias tintas, lo que piensa de Maduro. A su turno, el gobierno tiene por delante convertir en exitosa una audaz ofensiva internacional. Las próximas semanas darán mucho de qué hablar.

Twitter del autor: @parodirevoredo


Escrito por

Daniel Parodi Revoredo

Máster en Humanidades por la Universidad Carlos III de Madrid, Historiador Docente en U. de Lima y PUCP. Opiniones personales


Publicado en

Palabras Esdrújulas

PALABRAS ESDRUJULAS por Daniel Parodi