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Jóvenes universitarios en un intercambio peruanos en Corea, estudiantes se merecen las mejores oportunidades

Conversa con mis alumnos

Hace 30 años de los 40 que estábamos en el aula solo 5 hubiesen podido ir a la universidad

Publicado: 2015-09-03

Esta semana conversé sobre el país con mis alumnos universitarios, un poco llamándoles la atención, siempre cariñosamente, sobre lo que se viene, sobre la seriedad de nuestra situación económica y la importancia de las próximas elecciones presidenciales. 

Llegué al tema por casualidad, les hablaba de nuestra Historia Republicano, les decía que nuestra Independencia fue muy jodida y que no podía ser de otra manera, que el Perú nació lleno de problemas; pero también les dije que hemos tenido momentos buenos y que en las décadas de 1990 y 2000 avanzamos bastante bien.

Y entonces comparamos el Perú cuando yo tenía 17, hace 30 años, y el actual. La conclusión se cayó de madura: hace 30 años de los 40 que estábamos en el aula solo 5 hubiesen podido ir a la universidad y de esos 5 el que menos estaría pensando a qué país ir a buscarse la vida al acabar la carrera. Éramos pocos los privilegiados, me incluyo entre ellos, que veíamos una posibilidad en el país, en gran medida porque nuestros padres podían vivir o de su empresa o de su profesión, y eso esforzándose mucho y muy preocupados por lo que sería de nosotros.

Porque en los ochentas los taxistas eran casi todos profesionales jóvenes egresados de la universidad, como lo eran también los que daban cuatro veces la vuelta a la embajada de USA, Chile o Argentina en largas y penosas colas para sacar visa y partir cuanto antes en busca de un futuro. La gente se nos iba, por millones cada año y encima estaba el terrorismo. Por eso no es justo que se diga que lo avanzando en los últimos 25 años es “por arte de magia”, porque subieron las materias primas o porque la revolución industrial China disparó el precio del cobre.

Para empezar, el Estado tuvo que remozarse después de las reformas de Velasco que salieron muy mal. El Estado tuvo que aligerarse, que hacerse más eficiente; luego había que sentar nuevas reglas de juego para atraer la inversión. Eso lo hizo Alberto Fujimori, que bien preso está porque una cosa es lo económico, y otra lo judicial; y el cometió muchos delitos. Pero eso no le quita que sentó las bases para el crecimiento del país.

Después están Alejandro Toledo y Alan García, con el primero atrajimos inversiones, incluso acabamos el gaseoducto de Camisea; con el segundo vinieron muchas inversiones mineras, se firmaron muchos TLC, se creó la Alianza del Pacífico, se invirtieron millones en infraestructura, por eso la inversión interna y externa en el país se disparó y por eso bajó 20 puntos la pobreza y pudimos crecer más de 7% anual. Claro que hubo una situación favorable por lo de China, pero también es verdad que la aprovechamos muy bien. Negarlo es ser mezquino con el gran esfuerzo que hicimos los peruanos para salir de una crisis que duró de 1973 a 1993 y vaya que fue dura, tanto que una vez, un Primer Ministro terminó un mensaje a la nación diciendo “que Dios nos ayude” ¿se imaginan escuchar eso hoy?

Hoy día hay quienes dicen que el modelo económico actual no funciona, que hay que cambiarlo, pero nadie dice cómo cambiarlo o por cuál reemplazarlo. Es que la única alternativa es Venezuela, es el chavismo, y obviamente nadie quiere nuestros mercados vacíos de mercaderías y las crisis alimentarias que vive ese país, para no hablar de cómo meten presos a todos los que se oponen al gobierno y piden libertad.

No nos equivoquemos, hoy la coyuntura internacional es más difícil que hace 5 años, es verdad, pero también lo es que Ollanta Humala no ha sabido afrontar la desaceleración de China y por eso nos hemos estancado. Ojo que el país tiene todavía buenas reservas de dinero. De lo que se trata es de saber gastarlo productivamente y calmar tanta violencia y protesta social para que la inversión venga de nuevo.

Por supuesto que hay cosas que mejorar en el modelo. Hay que invertir más en educación, Humala lo está haciendo y eso está bien, hay que invertir en ciencia y tecnología; hay que pensar mucho más en qué productos industriales podemos producir para ser más competitivos y no depender tanto del precio de las materiales primas en los mercados mundiales. Y ojo, hay que invertir en la democracia, en nuestras instituciones, en los partidos políticos, a ver si por fin todo eso funciona bien.

La base la tenemos, el capital para invertir lo tenemos, lo que nos falta son buenos gerentes para poder salir adelante como lo están haciendo algunos países vecinos como Panamá, Costa Rica o Colombia, que se han sabido mover mejor en medio de la crisis.

Tengamos en cuenta que hoy en las aulas universitarias del Perú estudian dos generaciones, la de ustedes, o sea la actual, (los jóvenes de alrededor de 18 años) y la mía (los que como yo éramos jóvenes en los ochentas y noventas y que entonces no pudieron estudiar). Esa es la diferencia entre el Perú de hoy y el de los años ochenta. Hoy tenemos una clase media grande, hoy ustedes no están pensando en irse, sino en qué empresa colocarse al acabar la carrera; hace treinta años teníamos una clase media que estaba desapareciendo y a los jóvenes como ustedes sin un horizonte claro, pensando en irse del Perú.

Alumnos del plan adulto de upc, en una capacitación. Hoy  dos generaciones pueden formarse en la universidad

Esa diferencia, que no es magia como se atreven a decir algunos, es la que no podemos arriesgar con más experimentos y aventuras en las próximas elecciones generales. Por eso deben involucrarse en lo que se viene, porque la decisión que tomaremos juntos será muy importante.

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Escrito por

Daniel Parodi Revoredo

Máster en Humanidades por la Universidad Carlos III de Madrid, Historiador Docente en U. de Lima y PUCP. Opiniones personales


Publicado en

Palabras Esdrújulas

PALABRAS ESDRUJULAS por Daniel Parodi