El discurso del Presidente Humala ha sido el mejor de todo su gobierno. Es el único en el que he visto al Jefe de Estado dirigirse como tal a los peruanos y proyectar una visión de país, quizá debió ser su discurso inaugural del 28 de julio de 2011. Por lo demás, estoy de acuerdo con todo lo que ha dicho; que el proyecto Tía María buscó la sociedad de las comunidades e implementó mesas de diálogo y que es necesaria la defensa del Estado derecho y la estabilidad jurídica.   

Es como si el Presidente recién cayese en la cuenta de que durante su gobierno el Perú se ha fragmentado como nunca a punta de sicariato, mafias y otras pestes. Esto para no hablar de la inseguridad y los crímenes que vemos a diario, a plena luz del día, ejecuciones sumarísimas, todo tipo de asaltos, mil modalidades de estafas, que pena. El Perú, Presidente Humala, es una lágrima, la población vive asustada y Ud. recién toma cartas en el asunto.

En su discurso, Presidente, nos recuerda Ud. que en Tía María nos jugamos el Estado de Derecho, la estabilidad jurídica y las condiciones para la buena convivencia, tanto como la capacidad de la autoridad pública de tomar decisiones. Qué importantes conceptos Presidente, porque eso es precisamente lo que hemos perdido durante su mandato: el principio de autoridad y la capacidad del gobierno de decidir en nombre de la sociedad; es decir, ¡el contrato social!

El Perú no es el que Ud. recibió hace 4 años y lo que está pasando ha deteriorado nuestra imagen en el exterior y logrado que ya no se nos mire como el país atractivo para la inversión. Ahora la disyuntiva es el costo humano y político (interior y exterior) de una fuerte represión policial contra grupos violentos, organizados y criminalizados (llamemos las cosas por su nombre) acostumbrados a actuar impunes.

Pero está bien Presidente, mande Ud. a su Premier a visitar de nuevo a los líderes políticos para que compartan la responsabilidad ineludible de recuperar el principio de autoridad y recolocarnos en el modelo de desarrollo del que nos hemos desviado. Y creo que todas las fuerzas políticas deben apoyarlo, tanto como que el país debe prepararse para una dura y triste batalla que nunca debió librarse pero que se librará porque para Ud. la presidencia del Perú fue apenas una aventura caudillista-electoral exitosa. Hoy la factura la pagamos todos.

Publicado hoy en Exitosa Diario

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