#ElPerúQueQueremos

lito agusti, en acertado autoretrato

El espejo (no tan) roto de Lito Agusti

Daniel Parodi Revoredo

Publicado: 2013-10-05


Esta es la segunda vez que escribo sobre arte. La primera fue tras visitar la exposición del recordado y entrañable Félix Oliva, al año de su desaparición, muestra que me resultó especialmente cercana por su diálogo profundo y directo con la historia del Perú. En este caso, mi visita a la exposición “VII Propuestas”, en la galería Imago Ars, fue diferente porque me disponía a observar arte abstracto y figurativo y, fundamentalmente, porque lo hice acompañado de uno de los artífices, el pintor Lito Agusti. Por ello, es justo decir que esta nota la hemos escrito entre Lito y yo; algunos apuntes son suyos, otros míos y, los más, fluyeron en el intercambio de ideas.  

“VII propuestas” reúne a artistas de diferentes generaciones que desarrollan diversos estilos y técnicas pero con el derrotero común de lo abstracto y figurativo. El pintor Dominique Tazé trabaja la técnica del grabado sobre planchas metálicas que combina magníficamente con efectos digitales, en tanto que recoge e interpreta algunos elementos de la naturaleza. Por su parte, Nora Sidoine explora el uso de soguillas sobre el lienzo, oponiendo superficies planas con otras ásperas y logrando un acertado diálogo entre dos cuadros que llevan el mismo título "botitas blancas”. A ellas, el contraste entre el color blanco y algunos marrones tenues las une exitosamente. De Sidoine me gustó también “Las XII”, quizá porque su geometría me muestra un reloj antiguo y una cierta resignación frente al paso inexorable del tiempo, sensación que sugiere la soguilla avejentada.

"Botita Blanca"  de  nora sidoine

A su turno, Ángel Chávez Achong nos vuelve a la viveza del color a través de tres oleos acaramelados con barniz y en el que el gesto de la pincelada clama a gritos la libertad, como si el mismo acto de pintar fuese lo relevante. En su obra existe un intenso llamado al fuego a través de tonalidades amarillas, siena, cadmio y rojo. Lejos del caos, su trabajo encuentra equilibrio y orden gracias a líneas que dividen el espacio en regiones, luego la carga matérica del pigmento resalta la viveza del color. Seguidamente, Lucy Angulo alude el paisaje pero no desde una mirada realista sino figurativa y recorre las profundidades de la sierra peruana con tierras y grises alternados, como en “habla el quipus de los antiguos”, lienzo que atraviesan cuatro líneas punteadas verticales que dividen entre pequeños nudos el paisaje andino y rural como, antaño, se dividían la contabilidad y la demografía de la antigua civilización.

Maritza Danós trabaja xilografía sobre una plancha de madera. En “no estuve cuando naciste” nos muestra entrañable la Lima antigua, azuzada por el caos de su crecimiento que la desordena completamente en su ”damero”, ese que baja desde el Cerro San Cristóbal hasta Acho y el mirador de Ingunza. En “Miradas de Micaela”, Danós combina delicadas postales limeñas que vuelven la ciudad a sus antiguos cuarteles. De esta manera, “la Perricholi” parece sumarse al clamor de la artífice por esa Lima que ella no vio nacer y que solo intuye tras la devastación actual que insinúa entre enredaderas que la atraviesan.

"Miradas de micaela" de maritza danós 


Finalmente llegamos a las obras de Lito Agusti, las que ya esperaba ansioso a pesar de lo mucho que las otras me gustaron. Lito realiza pinturas y dibujos en caballete y expresa abstracciones con leves anclajes en lo real. “El espejo (no tan) roto de mi biografía” me trajo a colación esa letra criolla “y juraré como Pierrot a la luna, recogiendo mi corazón hecho pedazos” y no pude sino expresárselo, a lo que Lito me habló de fragmentos de su vida que anhelan reunirse. Luego le pregunté por el fuego ardiente entre rojos y anaranjados, frente al cual sucumbe la arquitectura de las líneas negras que tratan infructuosamente de contener la energía vital desatada donde se retrae la estructura ante el calor de la libido. Me dijo Lito que psicoanálisis, arquitectura y el Infierno de Dante Alighieri dialogan en sus obras, yo diría que fecundamente.

Ojalá pudiésemos tener más seguido oportunidades como la que tuve el sábado pasado, de conocer el arte a través del diálogo entre la propia sensación y la del artista. Acercarse al arte, desde la exquisita mirada de Lito Agusti, fue una experiencia fascinante.

"el espejo( no tan) roto de mi biografía" De lito agusti


Escrito por

Daniel Parodi Revoredo

Máster en Humanidades por la Universidad Carlos III de Madrid, Historiador Docente en U. de Lima y PUCP. Opiniones personales


Publicado en

Palabras Esdrújulas

PALABRAS ESDRUJULAS por Daniel Parodi