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¿Y ECUADOR?

Qué ganamos y qué perdimos 20 años después de la Guerra del Cenepa

Publicado: 2015-02-10


El 26 de enero podría ser una de esas fechas desafortunadas por estar muy cerca de otra. En el caso peruano, nada menos que al ladito del 27 de enero porque ese día, en 2014, la CIJ emitió un fallo que nos hizo 50.000 km más grandes y a Chile 21.000 km más pequeño, todo esto en el mar. Y claro, se trata de Chile que juega en nuestro imaginario nacional un rol mucho más relevante que el de cualquiera de nuestros otros vecinos. A no dudarlo, el vecino del sur nos explica a nosotros mismos y es la expresión de nuestro nacionalismo exterior – ese que se gesta en oposición a algo o alguien- como lo diría Tzevedan Todorov.  

Será por eso que no nos dimos cuenta que el 26 de enero se conmemoraron los 20 años del inicio de la Guerra del Cenepa contra Ecuador pero, lo que es peor, no observamos siquiera la manera como lo celebró el país vecino. Preocupa todo esto, preocupan las omisiones y preocupa que, hasta hoy, no nos atrevamos a deschilenizar nuestra agenda regional e internacional. Claro que la relación con Chile es importante y, el día de hoy, altamente productiva y gratificante, pero el Perú tiene también fronteras con Brasil, Bolivia y Colombia, además del Ecuador. Por ello, no está demás observar el escenario completo tanto como analizar el estado de la relación binacional con los demás estados que limitan con el Perú. En este caso, hablaremos de Ecuador, nuestro vecino norteño.

Nacionalismo e integracionismo: la celebración ecuatoriana

Creo que ya sabemos que Ecuador interpreta que en la Guerra del Cénepa de 1995 obtuvo su único triunfo militar sobre el Perú a lo largo de su historia y que por ello, en su repertorio patriótico, su recordación es relevante. Eventualmente, podría discutirse si el vecino del norte venció en dicha conflagración tanto como que este, con respeto de los caídos, no fue un enfrentamiento que decidiese mucho territorialmente. Más bien, posibilitó una nueva negociación de paz que se cerró con el Acta de Brasilia (1998), la que prácticamente ratificó lo establecido por el protocolo de Río de Janeiro de 1942 y que, eso sí, abrió un insospechado y gratificante periodo de integración binacional.

El tema es que Ecuador sí ha celebrado, y por todo lo alto, el veinteavo aniversario del inicio de la Guerra del Cénepa con el interesante slogan de “Cenepa: la victoria de la Paz”. Así pues, como su título, la celebración ecuatoriana presenta dos facetas relevantes: la primera es la efemérides castrense y bastante nacionalista de una supuesta victoria militar pero la segunda, que Rafael Correa decidió interpretar él mismo, es una celebración de la obtención de la paz definitiva con el Perú y de los logros binacionales que son el resultado de dicha paz.

ecuador a celebrado los 20 años del cenepa como una "victoria de la paz"

La fusión de las dos características reseñadas se expresa claramente en el discurso de orden pronunciado por el presidente Correa el 26 de enero. En sus primeros pasajes, el mandatario ecuatoriano se dirigió a sus soldados con las siguientes palabras: “Queridos soldados y héroes de la patria: se colmaron de gloria hace 20 años, en aquellas horas la Patria nunca los dejó solos. En un grito de millones: “ni un paso atrás”. Esa generación victoriosa y el valor de nuestros soldados nos llenó de orgullo. La gesta del Cenepa significó la victoria de la paz … desde aquella época no se ha vuelto a dar un conflicto en la región”.

Más adelante, en otro pasaje de su alocución, Correa resaltó largamente los logros de la paz y de la integración con el Perú. Al respecto señaló que “hemos realizado 8 gabinetes binacionales (…) hemos logrado trabajar como un solo gobierno (…) se ha permitido dotar a los pueblos de la frontera de electricidad, agua y saneamiento, pozos, canales de regadío, unidades educativas, así como completar 3 ejes viales” para seguidamente destacar el proceso conjunto de desminado de la frontera que se estima concluirá en 2017. Todo esto sin mencionar la impresionante potenciación de los intercambios económicos entre los dos países en los últimos años, los que prácticamente se han cuadruplicado.

¿Qué debemos hacer nosotros?

Creo que es de sentido común lo problemático que resultaría celebrar la Guerra del Cenepa como lo ha hecho Ecuador porque está difundida la  percepción de que militarmente fuimos derrotados o de que, en todo caso, no obtuvimos una victoria contundente. Sin embargo, esto no impide recordar a nuestros caídos entre los que se cuentan jóvenes adolescentes como el quinceañero Yenuri Antonio Chiguala, cuyo sacrificio evoca un busto colocado en Comas, su distrito de procedencia.

soldados peruanos en el cenepa merecen nuestro respeto y recordación

Más pertinente, en nuestro caso, sería conmemorar la paz con el Ecuador obtenida a través del Acta de Brasilia y suscrita en el palacio de Itamaraty el 26 de octubre de 1998. Este acuerdo es realmente fundamental para ambos países y también para la región que tenía en la mala relación peruana-ecuatoriana un motivo permanente de tensión. Al mismo tiempo, los avances en materia de integración en todas las áreas de la relación bilateral tienen también en Itamaraty un punto de partida tal y como avisoraba el título primero del acta referida, que señala que las partes:

la integración peruano-ecuatoriana es hoy impresionante

“Expresan su convencimiento acerca de la histórica trascendencia que, para el desarrollo y bienestar de los pueblos hermanos del Ecuador y del Perú, tienen los entendimientos alcanzados entre ambos Gobiernos. Con ellos culmina el proceso de conversaciones sustantivas previsto en la Declaración de Paz de Itamaraty del 17 de febrero de 1995 y se da término, en forma global y definitiva, a las discrepancias entre las dos Repúblicas de manera que, sobre la base de sus raíces comunes, ambas Naciones se proyectan hacia un promisorio futuro de cooperación y mutuo beneficio”.

A manera de conclusión

Celebrar el Acta de Brasilia es hoy políticamente complicado pues la suscribió el gobierno dictatorial del Ing. Alberto Fujimori. Me imagino nada más al Congreso debatiendo la cuestión, a la bancada fujimorista tratando de héroe al sentenciado expresidente y a sus detractores gritando a los cuatro vientos las razones por las que fue sentenciado.

Me queda más claro, sin embargo, que sí debe importarnos la relación con el Ecuador, como la que tenemos con el resto de países fronterizos, además de Chile. Me queda claro también, que la integración con Ecuador, al igual que la victoria de La Haya, son el resultado de políticas de estado exitosas que se han mantenido en el tiempo.  No olvidemos que el tratado de límites marítimos con Ecuador de 2011 nos favoreció en el litigio con Chile en la Corte Internacional de Justicia. Sin Itamaraty, dicho tratado no hubiese sido posible.

cerrar frontera marítima con ecuador en 2011 nos favoreció en la haya 

Me queda claro, finalmente, que la relación con Ecuador es una razón para alegrarnos y para comprender que litigar con Chile en la Haya (incluida la integración con el vecino del sur) no es la única política que hemos logrado mantener por décadas. Ojo que cuando hablo de recordar, no me refiero exclusivamente a conmemorar sino a incluir nuestras relaciones regionales en la agenda política que el mundo global no nos espera en solitario, sino constituidos en bloques económicos.

Tal vez, la siguiente meta sea integrar a Ecuador en la Alianza del Pacífico. Quizá no ocurra con Rafael Correa pero debemos tener el objetivo claro y presente para ejecutarlo más temprano que tarde.

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Escrito por

Daniel Parodi Revoredo

Máster en Humanidades por la Universidad Carlos III de Madrid, Historiador Docente en U. de Lima y PUCP. Opiniones personales


Publicado en

Palabras Esdrújulas

PALABRAS ESDRUJULAS por Daniel Parodi